La tejedora de San Lorenzo: historia de un desenfardelamiento.(Parte III)

| 28 de marzo de 2009

El contexto funerario Entierro VIII: la tejedora

Se trató de un contexto funerario múltiple conformado por cuatro individuos, el contexto fue depositado en una matriz o fosa circular con un diámetro de 1,65 metros y una profundidad de 2,72 metros excavados en los niveles geológicos de la hondonada donde se ubica el área de cementerio en la caleta.

Al excavar los niveles superiores de la matriz se registraron los restos muy disturbados e incompletos de un individuo (sólo se encontraron los pies), al retirar dichos restos se observó que la matriz continuaba profundizando, lo que permitió recuperar el contexto principal del enterramiento. Éste correspondió con un individuo principal acompañado por dos niños (de 6 y 8 años respectivamente) y complementado con su respectivo ajuar funerario compuesto de dos canastas de fibra vegetal (costureros) conteniendo gran cantidad de instrumental para la elaboración de prendas textiles, tres ollas, un cántaro y varios mates de lagenaria (algunos como tapas de las vasijas y otros conteniendo maíz). Con relación al instrumental para la elaboración de textiles contenidos en las canastas, éstos se componen de estacas para telar, espadas, lanzaderas, usos, piruros, ovillos de algodón y mates de lagenaria. Una de las canastas contuvo 83 objetos y la otra 113, la casi totalidad de éstos están finamente decorados (tallados y con diseños pirograbados), especialmente los piruros con representaciones cargadas de contenido religioso y pintados con pintura post-cocción.

Entierro VIII Detalle de la falsa nariz

Con respecto a los niños, el de menor edad se encontró al costado del fardo y el otro al frente de éste. Ambos estaban en posición sentada fuertemente flexionada, cubiertos cada uno con su respectiva prenda de algodón muy deteriorada. Los estudios de antropología física determinaron, que el niño de menor edad sufrió de algún tipo de enfermedad crónica, por lo que su estado de salud debió ser crítico al momento de su muerte.

Niños acompañantes de la tejedora y canastas con instrumental de textileria


El fardo funerario, con forma cúbica ligeramente más ancha en la base, está compuesto principalmente por tejidos de algodón y presentó un aspecto antropomorfo. Tuvo una falsa cabeza colocada en la parte superior del fardo. Esta sección fue pintada de color rojo bermellón con una pintura hecha probablemente de hematita y distribuida en forma irregular, simulaba ser una especie de pintura facial. Se debe considerar que el fardo buscó representar un bulto humano sentado y que para mejorar el aspecto antropomorfo del mismo, se colocó una falsa nariz trabajada en madera y pintada también de color rojo. Adicionalmente, para dar aspecto de tocado a la falsa cabeza se colocó una vincha de fibra vegetal, la misma que también sirvió para sujetar la falsa nariz.

Tomografía del Entierro VIII

El paquete funerario fue retirado de la excavación y depositado en un ambiente proporcionado por la Marina de Guerra en la isla hasta que en el mes de diciembre del 2008, previo al desenfardelamiento, se procedió a realizar el estudio radiológico en la clínica Javier Prado. El desenfardelamiento se realizó en el mes de febrero del presente año y se realizó en el laboratorio de palinología y paleobotánica de la universidad privada Cayetano Heredia.

Al momento del desenfardelamiento, el fardo presentó las siguientes dimensiones: una altura de 0,8 metros, la parte superior con un diámetro de 1,30 metros y la parte inferior con 1,43 metros. El peso del paquete funerario fue de 16,5 kilogramos. Se observaron cuatro varas de caña alrededor del fardo (un par a cada lado), los que sirvieron para dar consistencia y forma cúbica al paquete funerario.

Detalle de fardo donde se aprecia el pigmento rojo

El desenfardelamiento permitió registrar que el individuo principal correspondió con una mujer adulta (no menor de 50 años), enterrada en posición sentada fuertemente flexionada, vestida con una prenda plumaria y dos pulseras de concha, además presentó varias vasijas de metal (tres vasos y un cuenco) colocadas entre sus brazos y en contacto directo con el cuerpo. El cráneo mostraba evidencias de pigmento color rojo (probablemente hematita) y en una de sus manos contenía una bola con dicho pigmento. También se encontraron un Spondylus completo y dos Conus fergusoni. Como parte de las asociaciones directas también se encontraron algunos objetos para la fabricación de textiles (usos, ovillos de algodón y urdidos de lana), éstos sumado a ciertas patologías óseas observadas al efectuar el estudio antropológico físico del individuo realizado recientemente, están confirmando la hipótesis inicial al momento de la excavación, que se trató de una mujer dedicada a la confección de finos tejidos. Como parte de los envoltorios textiles, no directamente en contacto con el individuo, se pudo registrar una especie de manto plumario (a manera de capa), así como a la altura del hombro derecho los restos óseos de un ave.

Lamentablemente el tiempo transcurrido entre la excavación y el desenfardelamiento no permitió la conservación de los envoltorios textiles, por lo que fue imposible determinar de manera precisa la cantidad y calidad de éstos, así como su óptima recuperación. Prácticamente se efectuó el rescate de la información observada durante el desenfardelamiento, realizando el registro fotográfico, fílmico y la recuperación de lo poco que se conservó. Similar situación se presentó con los objetos de metal, los que se encontraron en mal estado de conservación (muy fragmentado y fuertemente oxidado).

Detalle de una de las prendas plumarias parte de los envoltorios


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